Millones de puestos de trabajo se están creando y otros tantos se destruyen. Los que se crean están relacionados con la transformación digital y los que se destruyen son aquellos que son susceptibles de automatizar, es decir, son aquellos que pueden llevarse a cabo por robots.
Por lo tanto cuidado, vamos a darle una vuelta al trabajo que realizamos o a aquel puesto de trabajo que queremos conseguir. ¿Estoy alineando con las tendencias en transformación digital?
Esta transformación del mercado laboral sobre todo se ha visto acelerada por la pasada pandemia y el envejecimiento de la población. No ha ayudado la desconexión en nuestro país de la formación reglada con la realidad de las empresas. Empresas que todos los días tienen que trabajar para seguir siendo competitivas en una economía globalizada, por lo tanto luchando con todo tipo de empresas en cualquier parte del mundo y que se encuentran que no hay talento para soportar sus necesidades de contratación, a pesar de que si existe la tecnología necesaria.
Ricardo Pazos, CEO de Walterman hablará en el I Foro de formación y empleo de Jaén.
La escasez de talento tecnológico en España
Con el talento que contamos sólo cubrimos el 25% de las necesidades. España tiene en la actualidad más de 120.000 vacantes tecnológicas sin cubrir, la gran mayoría relacionadas con el ámbito de la ciberseguridad, según un informe de DigitalES: la escasez de talento tecnológico en el país «es enorme».
Si miramos a Estados Unidos los datos son mucho peores, donde hay millones de puestos sin cubrir. El problema es especialmente grave en la fabricación, que Deloitte prevé que tendrá 2,1 millones de puestos de trabajo vacantes en los EE. UU. para el 2030.
¿Qué están haciendo las empresas para captar talento?
Las empresas ante la ineficiencia de las universidades y resto de escuelas, están creando sus propios canales de contratación, acuden a la formación no reglada, muy específica en ciertas áreas muy concretas, donde minorías tienen mayores oportunidades de encontrar trabajo. Lo que es fantástico, ya que la diversidad, generacional, de sexo, religión, raza … está mejorando la propuesta de valor de las empresas. Si tienes una fuerza de trabajo diversa están generando más valor al cliente. Esto es indudable. Las empresas han tenido que apartar sus prejuicios, y así mejorar el desarrollo sostenible de nuestra sociedad y de paso su propia economía a través de la innovación tecnológica.
En 2019, cuando Boeing necesitaba contratar a cientos de técnicos expertos en cableado eléctrico, el gigante de la aviación recurrió a Mesa Community College. La compañía pasó por encima de la educación mas tradicional y en su lugar crearon un taller de varias semanas. Los estudiantes que completaron el programa obtuvieron una certificación reconocida por la industria y la oportunidad de tener una entrevista en Boeing. Más de 350 estudiantes se han graduado. Más de 200 han ocupado puestos en Boeing y muchos otros están encontrando empleo en el sector de la aviación.
El valor de la recapacitación
Cuando una organización evalúa sus necesidades de talento, los recién graduados a menudo constituyen solo una parte de la solución. Más de 100 millones de trabajadores en todo el mundo necesitarán encontrar diferentes ocupaciones para 2030, al menos la mitad de ellos con habilidades nuevas y más avanzadas, según McKinsey.
Para estos trabajadores, los programas de grado tradicionales pueden no ser la respuesta. Pero las iniciativas individualizadas de empresas para la mejora de las habilidades y adquisición de nuevas capacidades, pueden ayudar a los empleadores a llenar ese vacío. Estos programas han demostrado ser especialmente efectivos para llegar a trabajadores desempleados, trabajadores desalentados, minorías raciales y étnicas y mujeres en busca de oportunidades de empleo.
La necesidad de la actual economía ha dado una oportunidad de oro, de volver a integrarse, pero esta vez como un activo de valor para las empresas, a muchos perfiles que se veían ya destinados a conformarse con las sobras del mercado laboral. Hablo de gente más mayor, o sin estudios universitarios, pertenecientes a minorías excluidas del mercado laboral. Esta recapacitación ha dado protagonismo en el lado de la formación, por un lado a las empresas y por otro a la formación profesional y sobre todo a escuelas con estudios no reglados que buscan capacitar rápidamente en eso que las empresas demandan. Tiene sentido. Pero porqué las universidades en nuestro país están tan lejos de las necesidades de las empresas. Simplemente porque no hay voluntad de adaptarse y los profesores son por regla general profesores y sólo profesores y nunca fueron trabajadores o directivos, que conocen de primera mano, lo que realmente necesita una empresa. La formación, necesita ser ágil, flexible, que se adapte rápidamente a lo que está pasando ahí fuera. Hay que dejar atrás memorizar grandes volúmenes de datos, sobre todo porque están accesibles en tu móvil en un par de clics.